Paz y gozo

En los que fraguan el mal habita el engaño,
pero hay gozo para los que promueven la paz.
Proverbios 12:20

El buscar la paz con constancia y perseverancia tiene su recompensa. Existe una estrecha relación entre el deseo por la paz y la alegría en el corazón. Aún más, hay un círculo virtuoso entre la dicha y la paz. El que busca la paz, haya la dicha y el que disfruta la dicha busca la paz.

Esta situación ideal es totalmente desconocida para la gran mayoría de la gente ya que no conocen al Hijo de Dios. Sus vidas están llenas de conflicto y problemas, buscados por ellos mismos y de los cuales, aunque se quejan, no quieren salir.

La paz y el gozo forman parte del fruto del Espíritu Santo en la vida del creyente. La única manera que este fruto puede brotar en la vida de una persona es mediante la regeneración que ocurre cuando entregamos nuestras vidas a Cristo y lo aceptamos como Señor y Salvador. No esperes más. Recibe a Cristo.

 

Nueva Versión Internacional (NVI)

Copyright © 1999 by International Bible Society.

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El gozo de la paz

En los que fraguan el mal habita el engaño,
pero hay gozo para los que promueven la paz.
Proverbios 12:20

No es sorpresa para nadie que existe una estrecha relación entre la paz y el gozo. Una persona gozosa es una persona llena de paz. Y viceversa, una persona llena de paz también está llena de gozo.

Por el contrario, las personas que viven del engaño y la mentira adolecen de ambas bendiciones. Su disfrute es hacer lo malo y lo desagradable a los ojos de Dios. Su propósito es servir al padre de la mentira, el adversario de los hijos de Dios. Su destino es estar separados de Dios pues allí es donde quieren estar.

Para los hijos de Dios están reservadas la paz y el gozo de saber que estamos en sus caminos y que disfrutamos de su presencia en nuestras vidas.

 

Nueva Versión Internacional (NVI)

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La falta de paz

Porque desde el más pequeño hasta el más grande,
todos codician ganancias injustas;
desde el profeta hasta el sacerdote,
todos practican el engaño. 
Curan por encima la herida de mi pueblo,
y les desean: ‘¡Paz, paz!’,
cuando en realidad no hay paz.
Jeremías 10b-11

Hay gente que piensa que dado que la paz viene de Dios entonces lo contrario, es decir la falta de paz, tambien proviene de Dios.

Este es una afirmacion por demá falsa. Sólo los violentos, los engañadores, los codiciosos y todos aquellos interesados en sus propios beneficios a costa de las calamidades de los demás son los responsables por todos los pleitos y la violencia que vemos a diario alrededor de nosotros.

Es muy cómodo echarle la culpa a los demás, pero es particularmente abominable echarle la culpa a Dios por algo por lo que nosotros somos responsables.

Donde sabemos que la paz no existe por culpa nuestra debemos actuar para corregir la situación si ésto es posible. Si no es posible debemos acudir a Dios para rogarle que imponga la paz verdadera que sólo él sabe dar.

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