Voy a escuchar lo que Dios el Señor dice:
él promete paz a su pueblo y a sus fieles,
siempre y cuando no se vuelvan a la necedad.
Salmos 85:8
Para que las promesas de Dios se cumplan debemos asegurarnos que se hayan dado las condiciones bajo las cuales esas promesas fueron hechas. Una de las condiciones para el cumplimiento de la promesa de la paz en nuestras vidas es que nos mantengamos alejados de la necedad en la que antes vivíamos como resultado de nuestra ignorancia.
El necio nunca podrá disfrutar de la paz porque simplemente no la aprecia. Como no la aprecia, ni la ansía ni la busca. El necio prefiere la discordia y desdeña la corrección. Todos tenemos nuestra cuota de necedad por lo que es importante que aprendamos a deshacernos de ella.
Si quieres apartarte de la necedad debes buscar la sabiduría. Si quieres encontrar la sabiduría debes leer la palabra de Dios.
Nueva Versión Internacional (NVI)
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