El dueño de la paz

Señor, tú estableces la paz en favor nuestro,
porque tú eres quien realiza todas nuestras obras.
Isaías 26:12

Estamos tan acostumbrados a esforzarnos por todo lo que somos y tenemos que no podemos imaginarnos que haya cosas que podamos recibir sin efectuar algún esfuerzo de parte nuestra. Desde pequeños hemos sido enseñados a esforzarnos y dar lo mejor de nosotros para lograr cualquier cosa.

Es cierto que muchas cosas necesitan ser ganadas con esfuerzo, pero en el mundo espiritual las cosas son diferentes. Tenemos que entender lo que significa la gracia de Dios. Tenemos que comprender que estamos dentro del plan de Dios y que unas cosas nos corresponden a nosotros realizar y que otras sólo están reservadas para ser llevadas a cabo por Dios.

La paz es una de esas cosas en las cuales jugamos un pequeño rol, pero donde Dios es quien verdaderamente decide y tiene un rol protagónico. Si buscas la paz debes comenzar por buscar al creador y dueño de la paz. Jesucristo es el Príncipe de Paz.

 

Read Full Post »

El Rey de paz

Y Melquisedec, rey de Salén y sacerdote del Dios altísimo, le ofreció pan y vino. Luego bendijo a Abram con estas palabras:
«¡Que el Dios altísimo,
creador del cielo y de la tierra,
bendiga a Abram! 
¡Bendito sea el Dios altísimo,
que entregó en tus manos a tus enemigos!»

Entonces Abram le dio el diezmo de todo.

Génesis 14:18-20

Melquisedec, este llamativo e interesante personaje de la antiguedad, es llamado Rey de Salén, que significa Rey de Paz. También es presentado como sacerdote del Dios altsimo. Este sacerdocio de Melquisedec es posteriormente aclarado por el autor de la epístola a los Hebreos como un sacerdocio superior al sacerdocio levítico. De hecho, este es el sacerdocio que vino a ejercer nuestro Señor Jesucristo, el Príncipe de Paz, por supuesto en calidad de Sumo Sacerdote.

Este Melquisedec salió al encuentro de Abraham, que regresaba de derrotar a los reyes, y lo bendijo. Abraham, a su vez, le dio la décima parte de todo, nos aclara el autor de la epistola a los Hebreos.

Notese que la iniciativa es de Melquisedec quien sale a bendecir a Abram. En nuestro caso, la iniciativa de la bendición de la paz siempre sale de Dios.

Abram manifestó su agradecimiento y respeto mediante la entrega del diezmo. Nuestra respuesta  a la bendición de paz debe ser una actitud de agradecimiento más todo lo que ello implica.

 

Nueva Versión Internacional
International Bible Society.
Copyright © 1999 

Read Full Post »